viernes, 14 de agosto de 2009

Eshu 1 Parte


Le agradezco este aporte Babá Numo ti Xangô Afonjá ti Ijexá (Gato )
Eshu, desde Nigeria... (incluyendo otros nombres, según la región y según, ya internacionalmente, según la nomenclatura y el alfabeto de cada país y cultura correspondiente, como ser Exu, de acuerdo al alfabeto y pronunciación protuguesa –sobre todo y fundamentalmente en Brasil-; Esu Eleggua, desde la vertiente del Benin; Esu Elegbará, netamente en el centro de la región Yorubá; Elegbá, de acuerdo a la influencia Ijexá o Ilesá o Ishesha, en la misma Nigeria; Legbá, conforme a la concepción Igbo, tambien de Nigeria; y Eledá, según la influencia más sureña de esa zona africana).
Es un Orixá, y uno de las más conocidad deidades de la mitología Yorubá, y re encontrado en el Nuevo Mundo. Con variantes y, nuevas “tradiciones”.

Sostiene un rango determinado de responsabilidades: como protector de los viajeros, tal como es Orixá de los caminos, en particular de la encrucijadas, y así, epandiéndose con cierto poder hacia la fortuna, dado que la mayoría de los viajeros en rutas y caminos de la antigua Nigeria, trafican, comercian, venden y compran.
También es la personificación de la muerte, en el sentido de psico explosión (aquello que lleva al ser humano a rendirse frente al cúmulo de acciones deeneradas de la ética y las costumbres populares, haciendo que caiga en el sentido de culpa, de arrepentimiento, y permitiendo así, desde su conciencia, esa forma de acción de Exu).

También directamente vinculado a Ifá, en su acontecer oracular, en lo que se refiere a los adminículos utilizados para cada forma de oráculo en las tradiciones yorubá.
Claro que, luego de la diáspora, la migración de aquellos componentes de esa cultuta hacia Europa y América, fue cambiando la estructura filosófica de este Orixa, siendo que se conservó más en su pecunio, a manos y mente de los africanos llegados a Inglatera, que en las de aquellos que llegaron a América.
Todo Orixá, en Inglatera, supo conservar más la pureza del rito, la liturgia y el concepto, que como ocurrió en América toda.
Santería, Lukumi, Candomblé, supieron desenvolver en los descendientes de los esclavos africanos en el Caribe y en el Brasil, una nueva forma de concepción, y así, incluida la aceptación comparativa con los santos cristianos, sobre todo los católicos, vemos a Exu relacionado con San Antonio, San Miguel, el Santo Niño de Atocha, por debajo de determinados Orixá que fueron puestos en el “pedestal” de dichos santos, dependiendo de la situación y del lugar que fuera en América.
Muchos, al igual que como se conserva hasta hoy día en Europa, lo fueron identificando con el número tres (3), en relación directa con los tres colores a él adjudicados: rojo, negro, y blanco.
Y en sus caminos (entiéndase como avatares), se le suele representar acarreando una caña (al hombro) desde la que cuelga una bolsa que, supuestamente contiene su magia, e inclusive, en otros lugares, un bidón, o pipa, que sostiene el mismo cometido.
Es de alguna forma, una entidad dueña y administradora del “caos”, cuya arma fundamental al respecto es el engaño, la astucia, y por medio de ellas, pretende llevar al hombre a un grado de maduración frente a la vida. Así, como maestro, aparenta dureza e impiedad, a veces, pero la experiencia que por medio de él se logra, es imperecedera, por tanto, en excelente maestro de la cruda y dura realidad de la vida. Un ejemplo clásico de esa forma de enseñanza, está relatado en la leyenda que lo muestra pasando entre dos aldeanos, luciendo un gorro que de un lado es rojo y del otro lado, negro. Uno de los aldeanos, lo ve rojo, desde su lado del camino, en tanto que el otro lo ve negro. Luego de haber pasado y saludado, los aldeanos quedan comentando sobre el personaje de gorro negro, para uno, y rojo para el otro. Terminando en una discusión que los lleva a los golpes. Exu reaparece, mostrando a ambos los dos lados del gorro, y enseñándoles así, que siempre se debe tener presente la concepción ajena, pues todo depende del lado desde el que se mire algo. Así, baja el nivel de falso orgullo y de tendencia a la posesión de la verdad que sostiene el ser humano. La percepción de la realidad, y no de la verdad relativa. Ese es su estilo de magisterio.

La veneración de Exu en el Nuevo Mundo se modificó, más a manos de los descendientes de esclavos africanos en América, que de los propios seres que lo trajeron directamente.
La forma de culto, sus nombres y atributos, todo sufrió cambios, algunos de ellos aceptables, acorde a las necesidades del nuevo lugar, otros, disparatados, tirados con pinzas desde la sugestiòn y la ignorancia de los sucesores que continuaron con el culto.
Pero cuidado, a no confundir al grado de culpar tan solo a América, pues en Africa misma, con el correr del tiempo y la influencia europea, también fue sufriendo paulatinamente, otro tipo de cambios, cambios al fin.

continúa...

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