jueves, 15 de septiembre de 2011

ASUMIR LA PROPIA VIDA

"Vivir es escoger todo el tiempo. Nuestra carretera es construida a través de una sucesión de elecciones. Y cada uno de nuestros actos tiene una consecuencia" La base del fracaso humano es creer en la suerte y en el infortunio. En una sociedad supersticiosa es bastante difundida la creencia en el destino. Casi todas las personas creen en eso. Y la consecuencia principal de esa visión fatalista de la existencia es no asumir responsabilidad por la propia vida. Todo, absolutamente todo, que nos ocurre , en mayor o menor escala, nuestra participación. Eso obviamente no significa que podemos controlar todos los acontecimientos y que la vida será totalmente como la que queremos. Significa sólo que somos responsables por nuestra vida y que podemos mejorarla, aprender de nuestros errores y tener una existencia cada vez más feliz. La tarea de construir la propia felicidad exige mucha paciencia, mucho trabajo, mucho aprendizaje y sobre todo mucha responsabilidad. ¿Lo que significa responsabilidad? La palabra viene del latín: responderé. Responsable es aquel que responde por sus pensamientos, sus sentimientos, por sus acciones. Nadie es encargado de hacerme feliz y ni yo soy responsable por la felicidad de otras . Cada uno es responsable por él propio, y ese es la primera y definitiva señal de madurez. El niño, por no tener aún los principales instrumentos de la vivencia, no puede evidentemente ser dueño de todas sus acciones. A medida, sin embargo, que va creciendo, ellas van asumiendo no sólo el derecho de escoger sus caminos como de responder por ellos. La formulación de la pregunta del lector revela una personalidad infantil, inmadura, que culpa "la vida" y "el mundo" por lo que le ocurre . Alguien puede hacerme seguro y feliz es imposible, creerse que depende únicamente de los otros la concretización de nuestro bienestar. Transferir para otros la propia realización genera mucho cobro y control en las relaciones. Acabamos intentando controlar las acciones de los hijos, de la esposa, del marido, de los padres para que seamos felices. ¿No sería muy más fácil y visible que cada uno conquistara su felicidad y después a disfrutara en la compañía de los otros? Así yo pienso el amor. La unión de alegrías. Cuando esperamos la felicidad nos olvidamos de nosotros mismos, colocamos nuestras necesidades en segundo lugar y perdemos el auto-amor. La postura de "víctima" es no creer que podemos cambiar nuestras vidas, exactamente por creer en el destino. Los acontecimientos exteriores de nuestra vida son resultados directos de nuestras actitudes internas Cada uno hace su propio camino, aunque no tenga conciencia de eso. Vivir es escoger todo el tiempo. Nuestra carretera es construida a través de una sucesión de elecciones. Y cada acto, por más insignificante que sea, tiene una consecuencia. Así, los propios errores y aprender con ellos es que garantizan una vida de perfeccionamiento continuo. Siempre erramos y siempre vamos a errar. Nadie es perfecto. Podemos, sin embargo, mejorar la calidad de nuestra trayectoria en nuestra vida en todos los sentidos. Eso sólo ocurre , sin embargo, si paráramos de acusar el mundo y otras personas por nuestros problemas. El común de la gente, sin embargo, se juzga perseguida por el infortunio y censura a todos, menos a sí mismas. Rechaza la responsabilidad de sus relaciones mal sucedidos, de sus problemas y vive quejándose de todo y de todos y no reconoce la angosta conexión entre lo que les ocurre y sus actitudes mentales. Son personas que no delimitaron el propio espacio en la vida. En verdad, no existen mientras individuos y son totalmente "mezclados" a los otros. La protección excesiva a los hijos crea en los padres ese estigma de dueños de la propia existencia, de las propias elecciones. Atrás de todo hijo irresponsable hay padres que protegen y que "escogen" en el lugar del hijo. Los límites son la puerta de relaciones saludables. El límite nos hace firmes y conscientes de que nos relacionemos con los otros sin sofocarlos con nuestros controles. Confianza en sí aún es sólo saber que, a pesar de imperfectos, respondemos por nuestra vida. Sin autonomía es imposible ser feliz. Ser responsable es tener la humildad de asumir nuestras caídas, nuestros errores, nuestras dificultades. Es escoger nuevos caminos si la vida no estuviere buena. No existen víctimas del destino. Nosotros somos sujetos de nuestra historia y podemos trascender los dolores de la existencia humana. Suerte es estar de ojo abierto y aprovechar las oportunidades. Infortunio es esperar que la felicidad encala del cielo. Feliz de quien cree en el fondo del corazón, "Quien sabe hacer la hora, no esperara que ocurra”. Pae Ricardo de oxala

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