miércoles, 19 de agosto de 2009

Exu Guardián del terreiro


Estoy en un costado del terreiro observando los trabajos.


Los médium ya están en posición, las velas fueron encendidas y afirmadas, todos ya batieron cabeza.

Los puntos invaden el salón.

En la asistencia personas que frecuentan la casa común mente y otras que pisan por primera vez.

Siento que algunas están visiblemente emocionadas, sus protectores están allí.

Otras están sudando frío, dan penas, están angustiadas, ahogados con ganas de salir de allí.

Espíritus traviesos e oscurecidos están actuando sobre ellas, quieren salir de allí lo más rápido posible, pues temen que sean descubiertos.

Ciertamente si lo descubren serán alejados y no podrán perturbar aquellas personas.

El Pae de Santo vibra con intensidad, en la corriente un médium balancea la cabeza, parece que va a caer.

Percibo que su caboclo está cerca.

Ese médium aún es nuevo, no está totalmente integrado con sus guía, pero con paciencia y amor, en breve estará incorporado con su identidad .

En la corriente, muchos están incorporados.

El caboclo del jefe, toma al Pae de Santo, con acciones destacada y gritos de guerra son oídos.

En la medida en que los hermanos de la mata llegan, traen fuerte energía para todos. Unidos en una sólo fuerza, ellos, a través de los pases, retiran a la asistencia los eguns y kiumbas, limpian las personas que están perturbadas, y transmiten fuerza y esperanza.

Las personas que antes lloraban, ahora sonríen aliviadas.

Los Dolores son aplacados .

Veo que muchas de aquellas personas en breve, estarán también recibiendo a sus guías.

Aunque esté acostumbrado a ver esas escenas, siempre me emociono.

De aquí de mi rincón , serenamente acompaño los trabajos.

Repentinamente una joven de la asistencia, se pone a vociferar.

Su voz sale melodiosa serena, tornandose grave y arrogante.

Ella intenta agredirlos los fiscales de la casa, que hábilmente la conducen hacia el centro del terreiro .

Se manifiesta el kiumba que la acompaña y es muy peligroso.

Los caboclos están alertas, ni bien cruza la portera, el kiumba grita, insulta, intenta lastimar a la pobre chica, enfrente de la madre desesperada que Allí se encuentra en la asistencia.

Los caboclos abren la rueda, los atabaques suenan más alto.

El caboclo jefe se adelanta sobre él, fuerte energía circula sobre el cuerpo de la joven chica.

El caboclo jefe no quiere que ella se lastime , él vibra su maracá y el caboclo de la niña por primera vez se aproxima a su hija con fuerza.

Llegó mi hora, me aproximo tranquilamente.

El kiumba evita mí mirada, se desespera.

Sonrío y camino en su dirección, preparo mís armas.

Él grita, grita.

El caboclo jefe me pide apoyo a mí .

No me hago rogar , para el desespero de los kiumba, de un salto coloco mi espada en su garganta.

Lo domino con facilidad. Llamo otros que lo amarran y lo llevan para su debido lugar. Otros kiumbas menores que lo acompañaban, también son capturados y recibirán sus castigos.

La chica se despierta alegre y felíz.

Los caboclos terminan la descarga, agradecen mi auxilio.

Yo vuelvo hacia mi rincón , allí en mi asentamiento observo el fin de los trabajos.

Mis velas, mis puros, mi marafo están asegurados y colocado en su lugar .Los trabajos terminan, todos se van felices.

Y yo, en la portera, estoy de centinela


LAROIÊ EXU !!!

Baba Ricardo de Oxala (Arcángel)

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