Tengo muchas penas de quien piensa que la Umbanda es un mar de rosas y que
todos nuestros problemas serán resueltos a partir del momento en que
colocáramos la ropa blanca.
Por el contrario, la Umbanda, cuando acepta de corazón e incorporada a nuestra
vida, nos lleva a quedarnos cara a cara
con nuestras deficiencias y fallos, descascarando nuestros sentimientos y
purificando nuestras verdades.
Un verdadero ventarrón de cambios internos nos arrastra y transforma
nuestro intimo preparándolo para el buen ejercicio religioso haciéndonos
personas mejores y más centradas.
Nos deja más fuertes y tolerantes, más sensibles y piadosos, pero los
problemas acumulados en nuestra existencia solamente serán resueltos con
firmeza, determinación y el uso sapiente del libre albedrío, dado a todos los
seres humanos por el orixa mayor, nunca
por los meandros o facilidades de nuestra religión, por más que eso sea apegadopor una inmensa cantidad de aprovechadores de
la buena fe ajena.
El mal uso de los misterios
astrales, la exigencia demasiada con nuestros orixás y entidades, la falta de
humildad, o peor aún, la falsa humildad, colocarán a los médium en su debido
lugar, el ostracismo mediúnico.
La Umbanda no fue creada para satisfacer antojos pecaminosos y sueños
grandiosos, ni para destruir nuestros enemigos con trabajos ingeniosos a base
de velas negras, que tan propagados en webs, blogs o mismo terreiros “especializados” en las heridas caprichosas de
malos seguidores .El buen trabajador umbandista debe, por encima de todo,
mantener la actitud la fe, compasión,
respeto y humildad propuesta por la ley de Oxalá, nunca hacer juicios
apresurados mucho menos pedir lo que no podrá ser dado. Ese conjunto de
actitudes aplicado en su vida religiosa hará que el gran médium desarrolle en plenitud y usted descubrirá encantado, que
ese gran médium, hasta este momento escondido,
es usted! En el camino de la fe y del
aprendizaje hay varios atajos ... busque el camino pues en el atajo mucha cosa se queda para tras
, axé a todos ... Pae Richard de oxala